miércoles, 1 de diciembre de 2010

cuarto capitulo THE DROP HONEY LOVE

Capitulo 4

La esencia de Ion quedó impregnada su pijama que había sido testigo de la noche anterior, así que esa esencia ya les resultaba familiar.
Pero no era lo mismo con la mano de Dylan, sentir ese tibio fruto del orgasmo que el mismo había provocado era maravilloso.
Sacó la mano del pantalón con la misma suavidad con la que la introdujo y con la otra limpió el sudor perlado que escurría por la frente del menor.

Con la respiración agitada y el corazón golpeándole con violencia el pecho, recostó su tembloroso cuerpo sobre su cama, con los ojos fijos en su hermano, quien caminaba hacia la puerta.

-…- Ion no dijo nada más, ya había pasado su ‘momento glorioso’ y tenía que volver a la realidad. En ese momento no tenía idea de que pensar o que decir respecto su hermano y a el mismo, a duras penas creía que lo que acababa de pasar había sido real.
No sabía qué hacer, le preocupaba su hermano y su relación, estaba a punto de romper a llorar cuando Dylan abrió de golpe la puerta y él se asustó un poco.

-Mejor démonos prisa, vas a llegar tarde, ya te lo he dicho ¿no?- El mayor ahora tenía una actitud muy diferente a la de antes, estaba rejado y con su voz amable tranquilizó un poco a Ion - son pasadas las 11:30 y no has desayunado- retrocedió para acercarse a su hermanito, le acaricio la cabello y luego lo revolcó un poco y sintió un poco la humedad debido al sudor. Tomó impulso, se inclinó y cargo a Ion, caminando rápido lo llevo hasta el baño.

-hum siquiera que nuestra madre no ha visto nada de lo que pasó ¿verdad?- al hacer énfasis en nada Ion de inmediato se volvió a sonrojar – bien te dejo para que te duches, recuerda que solo tienes 10 minutos ¿okay?- le recordó amablemente.

-De acuerdo– Ion por fin dijo algo aunque solo fue un susurro –y…gracias– concluyó tímidamente y con un sonrojo adorable, el mayor se detuvo en el umbral de la puerta

-Sí…- volteo a verlo, él lo miraba con agradecimiento e inocencia y de inmediato Dylan sintió que el corazón se le aceleraba.

–-o-–

En el instituto

-Hola Ion, casi llegas tarde, que raro en ti- su amigo Duk le saludó con una gran sonrisa dándole la bienvenida a otra tarde de clase.

-Sí ajaja por poco me dejan afuera – el pelinegro se reía fingidamente recordando las razones por las cuales casi se queda por fuera.

-No creo, ese vigilante no te cerraría la puerta ni aunque llegaras media hora tarde ¡¿qué no has visto cómo te mira?! Te desea ♥

-Jajaja, lo siento, no pude evitar escuchar la conversación y estoy de acuerdo con Duk –Dice un apuesto joven, mientras descarga su maletín en su pupitre y se recuesta sobre Duk, saca un dulce de su bolsillo, lo desenvuelve y se lo mete en la boca a Duk, haciendo que la lengua entre en contacto con sus suaves y rosadas yemas.

-Hey…mmm ¡que rico!- los ojos del castaño brillaban por el dulce sabor.

-¿conque te parecen ricos mis dedos?- añadió Max con tono malpensado, mirando pícaramente al castaño.

-¡No!- pero el sonrojo en sus mejillas indica lo contrario- estoy hablando del dulce, idiota pervertido.

A Ion solo le queda reírse de la situación – ustedes ya no parecen solo amigos- añade insinuantemente.

-Y dime Duk ¿quieres más?

-¡Sip!-afirma Duk como un cachorro.

-Genial, pero esta vez ¿Dónde quieres que ponga mis dedos?- su pregunta va cargada de doble sentido.

-¡Imbecil! Sabes que estoy hablando de los dulces y además- el reproche del castaño se vio interrumpido por la llegada al salón del intimidantemente sexy profesor de economía.

-¡Silencio!- dice con voz firme el profesor – y no se comen dulces en mi clase- remató lanzando una mirada fiera a Duk.

-Sí señor- “maldita sea siempre quedo mal en esta clase, es como la maldición del profesor de economía o algo así...que horrible”

-Alumno Duk pase al frente por favor- pero más que un favor parecía una amenaza y para rematar el profesor Nate estaba mirando tan fijamente al castaño que lo puso nervioso.

-S... Sí- el chico se levanta de su asiento muy nervioso y camina hacia la pizarra sintiendo la mirada expectante de todos los alumnos, pero lo peor era la de Nate, esa se sentía como un piano en su espalda.

Mientras Duk caminaba hacia el frente, Ion trató de decirle algo en voz baja pero Duk al prestarle atención se tropezó con la pata de un pupitre y cayó en sus rodillas y sobre sus manos para amortiguar, quedando en cuatro patas justo al frente del profesor, con su cara a escasos centímetros de tocar la entrepierna de Nate.
Todos carcajearon y el nerviosismo de Duk se convirtió en trágame tierra. Nate miró hacia abajo y se encontró con el castaño mirándolo con sus mejillas sonrojadas a causa de las burlas, muy cerca de su entrepierna muy cerca de su entrepierna, en esa comprometedora posición y con la mirada de cachorro que lo caracteriza.


-Oh que lindo…-pensó pero de inmediato volvió a la realidad y le dijo – levántate y resuelve el problema número tres de la página veinte del libro de estadística- sin esperar respuesta por parte del menor se giró hacia su escritorio y sentándose elegantemente aun con esa imagen de Duk dando vueltas en su mente y llenando lo de curiosa tentación.


-S…Sí señor…-respondió el otro con una voz obediente lo que indujo al profesor a imaginárselo en el piso, diciendo de una forma sumisa y provocativa ‘si señor’

-No sabes hacerlo ¿no?- pregunta sarcástica.

-La verdad es que no, ¿me podría enseñar?- las palabras de Duk incitaban a su pervertido profesor a querer hacerle decir a su despistado alumno cosas más comprometedoras (xD)

-Siéntate- ordena y Duk obedece inmediatamente- te ensenaré después de tu última clase- con un susurro serio pero con un toque de doble sentido le dice al chico, haciendo que este detenga su caminar abruptamente y comience a pensar en las cosas que podrían pasarle después de clases.

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